EL pene es el órgano sexual masculino, por él, sale del cuerpo la orina los espermatozoides. El glande (cabeza de pene) está cubierto por una piel que se puede retraer llamada prepucio.
El tipo más común de cáncer de pene es el carcinoma de células escamosas (cáncer que comienza en las células planas de la capa superior de la piel). Por lo general, se forma sobre el prepucio o debajo de este.
Muchos varones son reacios a hablar de estos problemas con el médico, por lo que es posible que tarden en acudir a él hasta que la enfermedad se encuentre avanzada y sea más difícil de tratar.
Los signos de cáncer de pene son úlceras u otros cambios en la piel, aparición de masa, secreción y sangrado.
Las infecciones por ciertos tipos de virus del papiloma humano (VPH) causan alrededor de un tercio de los casos de cáncer de pene. La circuncisión (cirugía en la que se extirpa el prepucio) puede ayudar a prevenir la infección por VPH y disminuir el riesgo de cáncer de pene.
Si se detecta a tiempo el cáncer de pene se puede curar.
Después de diagnosticado se hacen pruebas para determinar si las células se diseminaron dentro del pene o hasta otras partes del cuerpo.
El cáncer se disemina de manera local, hematógena o linfática.
Se toma una TAC o tomografía axial computarizada del abdomen y una radiografía de tórax en busca de extensión la enfermedad.
Dependiendo la presencia o no de ganglios palpables a nivel inguinal se deben realizar procedimientos para buscar o evitar la diseminación linfática inguinal y pélvica.
En caso de tumores superficiales muy pequeños, el cáncer de pene puede tratarse con un haz de láser que destruye el tumor, con radioterapia y, en algunos casos, con la aplicación en la piel de una crema que contiene el quimioterápico 5fluorouracilo. Estos tratamientos ofrecen la mayor probabilidad de conservar el glande, el pene y la función sexual. Por eso es importante identificar precozmente los tumores de pene, solicitando atención médica inmediata ante cualquier anomalía del pene.
Si la lesión es de mayor tamaño Lo primero que se debe hacer es un control de la lesión ya sea realizando una resección de la lesión o en otros casos llegando a necesitar penectomía (intervención quirúrgica en la que se extirpa parcial o totalmente el pene). Esto depende del estadio tumoral, tamaño de la lesión y la parte del pene que este comprometiendo.
Posterior a la extracción de la lesión y según el tipo de tumor y estadio tumoral se debe investigar la presencia de tumor en los ganglios inguinales. Para esto se puede realizar la Biopsia dinámica de ganglio centinela y/o según hallazgos la Linfadenectomía inguinal uní o bilateral.
Para realizar estos procedimientos se debe tener claro el tipo de tumor y estadio de la enfermedad. Discuta con su médico las alternativas segun su cuadro clínico.