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El cáncer renal es un tipo de cáncer que surge de las células del riñón.
El nombre de cáncer renal describe todos los tumores que se forman en el riñón, pero no todos los cánceres renales son iguales.
El más frecuente es el carcinoma renal de células claras que representa entre el 75- 85% de todos los diagnósticos. El siguiente en frecuencia es el carcinoma papilar que supone el 10-15% de los diagnósticos.
Los riñones son dos órganos grandes con forma de fríjol, un tamaño de 12 cm de largo x 6cm ancho y 3cm de grosor. Ambos están adheridos a la pared superior trasera del abdomen. Un riñón se encuentra al lado izquierdo y el otro al lado derecho de la columna vertebral. La parte baja de la caja torácica protege a los riñones.
Su principal función es filtrar la sangre que proviene de las arterias renales para eliminar el exceso de agua, sal y desechos del cuerpo. Estas sustancias se transforman en orina. La orina sale de los riñones a través de unos conductos llamados uréteres que se conectan a la vejiga. Luego, la orina se almacena en la vejiga hasta que la persona la elimina al orinar.
Si una persona puede vivir con un solo riñón, ya sea porque nace con uno solo, se deteriora su función o se extrae quirúrgicamente.
Como en la mayoría de los cánceres, el cáncer renal es causado por mutaciones que se acumulan en el organismo con el tiempo.
El cáncer renal se da sobre todo en personas de edad avanzada y se observa generalmente en mayores de 40 años.
Tabaquismo: Un fumador tiene dos veces más el riesgo de experimentar cáncer renal. Si se deja de fumar, el riesgo desciende de nuevo a los niveles de la población general.
Género: Los hombres tienen el doble de posibilidades que las mujeres de recibir un diagnóstico de cáncer renal.
Presión arterial alta (hipertensión): Se ha observado que la presión arterial alta es un factor de riesgo de cáncer renal.
Obesidad: El sobrepeso u obesidad parece estar asociado a un mayor riesgo de padecer cáncer renal tanto en hombres como en mujeres.
Cálculos renales: La presencia de cálculos renales está asociada a un mayor riesgo de experimentar cáncer renal en los hombres.
Exposición laboral: La exposición a sustancias químicas como el amianto, plomo, cadmio, disolventes de limpieza en seco, herbicidas, benceno o disolventes orgánicos y productos del petróleo, así como las personas que trabajan en la industria del hierro y el acero.
Diálisis prolongada y enfermedad quística adquirida: Recibir tratamiento con diálisis durante un largo período de tiempo puede causar quistes renales. El cáncer renal puede desarrollarse a partir de las células que recubren los quistes.
Las personas que tienen familiares con cáncer renal, presentan un mayor riesgo. La causa pueden ser los genes que se transmiten de padre a hijo. Las mutaciones génicas hereditarias solo causan el 3-5 % de los cánceres renales.
Inicialmente, cuando el tumor es pequeño, no se presenta ningún tipo de síntoma, y suelen ser durante valoraciones de rutina o por otro causa. Cuando el tumor crece, puede causar sangrado por la orina, dolor en la espalda, o bien una sensación de masa palpable en un lado del abdomen. Algunos tumores renales se descubren cuando ya hay metástasis, y generalmente se estudian por pérdida de peso, cansancio, falta de apetito, nódulos duros palpables (ganglios) ò dolor en algún hueso.
Una vez que se ha detectado una masa renal, generalmente por ecografía, se efectúa una tomografía axial computarizada (TAC) o bien una resonancia nuclear magnética con gadolinio, para determinar la relación del tumor con el riñón, las estructuras vecinas, y la posibilidad de diseminación a otros órganos.
También se solicita una radiografía de tórax, por ser el pulmón el principal sitio de diseminación metastàsica. También se solicitan estudios generales de sangre ya que también se pueden asociar a anemia, niveles de plaquetas bajas, elevación de calcio, así como algunas enzimas como la fosfatasa alcalina y deshidrogenasa láctica.
El tratamiento generalmente es la cirugía. Una cirugía realizada a tiempo, es la mejor forma para lograr la curación. Cuando el tumor es grande, se retira completamente el riñón, junto con la grasa y la glándula suprarrenal, así como los ganglios regionales. Si el tumor es pequeño se puede conservar el riñón extrayendo únicamente el tumor; pero debe cumplir una serie de características a analizar en la consulta.
La cirugía se lleva a cabo bajo anestesia general y dependiendo el tamaño y la localización se puede realizar abierta o laparoscópica.
Es importante destacar que en el cáncer renal no sirve el tratamiento con quimioterapia o radioterapia por lo cual la cirugía es el único tratamiento que puede ofrecer un importante porcentaje de curación de la enfermedad.
